El Carmelo Descalzo


Jesús... me llama

•A ti que BUSCAS... "Y volviéndose Jesús, y viéndolos seguirle, díceles: ¿Qué buscáis? Y ellos le dijeron: Rabbí (Maestro) ¿dónde moras?" Jn 1, 38.

•Que quieres CONOCER... «¿Quién dice la gente que soy yo?». Ellos le respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado».«Y vosotros, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?». Pedro, tomando la palabra, respondió: «Tú eres el Mesías de Dios». Lc 9, 18 -20.

•Que tienes INQUIETUD, HAMBRE Y SED de más..., de ENTREGA..., de RADICALIDAD..., de FRATERNIDAD..., de SERVICIO..., de ORACIÓN.. 




•Si quieres AMAR y SERVIR y sientes que JESÚS TE LLAMA...





¡Bienvenido hermano!


Desde la Comisión Vocacional de la Provincia Carmelitana de San Juan de la Cruz os presentamos este Blog que tiene como fines:


- PROMOVER las vocaciones religiosas y sacerdotales al Carmelo Descalzo.

- Servir de ayuda en el DISCERNIMIENTO de la VOCACIÓN.

- Dar a CONOCER la Espiritualidad de la Orden del Carmelo Descalzo.

- Dar a conocer los santos y santas de esta Orden.

- PROPAGAR la devoción a la Virgen del Carmen.






JESÚS, MARÍA + JOSÉ, TERESA

Los Carmelitas Descalzos (nombre oficial), o Carmelo Teresiano (nombre popular apropiado), traemos el nombre y el primer origen del Monte Carmelo en Palestina, donde al principio del siglo XIII un grupo de ermitaños, decididos a vivir en servicio de Jesucristo en su propia Tierra, recibieron una fórmula de vida o regla del patriarca de Jerusalén, San Alberto.

 Santa Teresa de Jesús (+1582) Mística y Doctora de la Iglesia, inicia el Carmelo Descalzo en el Monasterio de San José de Ávila (España), el 24 de agosto de 1562 con las monjas descalzas y, junto con San Juan de la Cruz (+1591) poeta, místico y doctor de la Iglesia, impulsa el nacimiento de los frailes descalzos el 28 de noviembre de 1568 en Duruelo (España).  

Abrazamos la vida religiosa en amistad y servicio de Jesucristo, a imitación y con el patrocinio de la Virgen María, cuya forma de vida, de fe y sencillez, de unión íntima con Jesús y su causa, constituye para nosotros el modelo interior. Nuestra vocación aspira a la unión con Dios por el camino de la contemplación y del fervor apostólico indisolublemente hermanados, formando una comunidad fraterna, signo de comunión en el mundo. La oración, que es vida de oración y oración de vida, se alimenta con la escucha de la Palabra de Dios y la liturgia y con los gozos y esperanzas, las tristezas y las angustias de la Iglesia y de la humanidad. Un camino de fe, esperanza y amor.






TE AMO EN VOZ BAJA, SEÑOR


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