Victor BOAVIDA (Novicio)
Mi nombre es Victor Boavida Soares. Soy de Timor Este, en concreto del Distrito de Aileu, Ayuntamiento de Aileu, Parroquia de Hoho-lao; tengo veinticuatro años.
En mi casa éramos once hermanos y vivíamos en un ambiente religioso promovido por nuestros padres. Nuestra Sra. del Rosario tiene un lugar destacado en nuestra familia, como en todas las casas de nuestra tierra, pues allí es la Patrona. Alimentábamos nuestra fe a través de la oración diaria, la eucaristía anual y la celebración de la palabra.
Sí, he dicho eucaristía anual, porque en mi tierra solo se celebraba una vez al año. Los domingos, teníamos celebraciones de la Palabra.
Recuerdo que, cuando era pequeño, sobre los 8 ó 9 años, mi hermana me invitó para ir con ella a ensayar cantos de la Eucaristía.
Mirando para atrás y pensando en todo esto, ahora entiendo, veo, siento que todos esos momentos fueron fundamentales para que yo llegase a este día. Veo claramente la mano de Dios detrás de todo ello, una mano que me iba conduciendo y marcando un camino a seguir. Parece que la Eucaristía era un Sacramento importante, donde yo escuché y percibí mejor la voz de Dios. Así, al terminar la escuela primaria y pasar a la pre-secundaria, algo, en este sentido, vino a cambiar en mis días.
Después de estar un tiempo levantándome temprano para acudir al ciclo preparatorio, que estaba a dos horas de mi casa y adonde tenía que ir a pie, me decidí a vivir con una tía mía en Aileu, durante seis años. En ese tiempo tuve la ocasión de asistir con más asiduidad a la eucaristía, y hasta de convertirme en monaguillo como otros de mis compañeros. Os digo que el Señor de la mies sabe muy bien cómo llamarnos, pues en el primer día de mi servicio al altar, el 12 de noviembre de 2005, experimenté una inmensa alegría y como una especial voluntad de de entregarme a Dios y la Iglesia.
Cuando terminé mi duodécimo año en 2009, nos sucedió un encuentro con una Hermana carmelita de clausura, que me habló de esta orden, de su carisma y espiritualidad, de sus Santos y hasta de su misión en la Iglesia. Me encontré más veces con ella y pude dialogar mejor y, por su medio, me puse en contacto con los carmelitas de la Provincia de Portugal, quienes me ofrecieron acompañamiento y ayuda para discernir mi vocación y me hicieron ir con ellos.
Después de las primeras etapas de formación, aspirantado y postulantado, me encuentro haciendo el Noviciado en la Comunidad de Avessadas (marco de Canaveses). es una etapa que me permite conocer mejor el estilo de vida de la orden y comprender si es aquí donde, de hecho, me llama el Señor a una opción fundamental en su Iglesia.
El noviciado comenzó el 2 de septiembre de 2012. Ese día recibí el Hábito Carmelitano, junto con otros tres jóvenes como yo. desde entonces, estoy muy contento a causa de lo que el Señor está haciendo en mi y porque María me ha dado su mismo manto para que vista. en ella encuentro cada día la fuerza del corazón que necesito para seguir a su Hijo y para que como ella sepa darlo a los demás.
Tengo la impresión de que mi alegría y contento no está muy lejos del estado de alma de Teresa de Jesús cuando dijo: “En tomando el hábito, luego me dio el Señor a entender cómo favorece a los que se hacen fuerza para servirle, la cual nadie entendía de mí, sino grandísima voluntad. A la hora me dio un tan gran contento de tener aquel estado, que nunca jamás me faltó hasta hoy”
(Vida 4,2).