viernes, 29 de agosto de 2014
jueves, 28 de agosto de 2014
ME HAS SEDUCIDO, JESÚS
¡Oh
eterna verdad, verdadera caridad y cara eternidad! Tú eres mi Dios, por Ti
suspiro día y noche. Y, cuando te conocí por vez primera, fuiste Tú quien me
elevó hacia Ti, para hacerme ver que había algo que ver y que yo no
era aún capaz de verlo. Y fortaleciste la debilidad de mi mirada irradiando con
fuerza sobre mí, y me estremecí de amor y de temor; y me di cuenta de la gran
distancia que me separaba de Ti, por la gran desemejanza que hay entre Tú y yo,
como si oyera tu voz que me decía desde arriba: «Soy alimento de adultos: crece,
y podrás comerme. Y no me transformarás en substancia tuya, como sucede con la
comida corporal, sino que Tú te transformarás en mí.
Libro de "Las Confesiones" de S. Agustín
viernes, 15 de agosto de 2014
viernes, 8 de agosto de 2014
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